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Un mayordomo de la Hermandad, en el cementerio de Cónchar. / R. V. |
La Hermandad de las Ánimas Benditas de Cónchar celebra un sorteo
para construir tumbas y colocar luminarias al difunto durante el
velatorio
Según el médico y mayordomo de la Hermandad de las Ánimas Benditas de Cónchar, Antonio José Ruiz Morales, «todos los vecinos y vecinas de Cónchar forman parte de la Hermandad y los mayores de edad ofrecen cada año tres euros para cuando le llegue a cada persona el fatal desenlace tenga derecho, eternamente, a un nicho en el cementerio de Cónchar. También, el finado tiene derecho a misas y luminarias el día que está de cuerpo presente», explica.
Curiosamente, en Cónchar suelen sobrar los dedos de una mano para contar los enterramientos que se producen cada año. La sede de la Hermandad de las Ánimas de Cónchar se encuentra muy cerca de la iglesia, levantada entre 1610 y 1614.
'Caja de muerto'
En otros tiempos existió en Cónchar un ataúd que perteneció a
la Hermandad de las Ánimas. La ‘caja de muerto’ sirvió para transportar
al camposanto los restos mortales de los cofrades pobres cuando dejaban
este mundo. Una vez enterrado el cuerpo bajo tierra, el féretro volvía
al cuartillo del cementerio para que otros pudieran utilizarlo.
Asimismo, hubo en Cónchar, entre otras cosas, la llamada ‘romana de las
Ánimas’, para recaudar fondos a través de las personas que la utilizaban
para pesar. Hasta 1990, cada familia de Cónchar abonaba cada año a la Hermandad de las Ánimas sólo dos pesetas. Después, los mayordomos acordaron las subidas de 50 y 150 pesetas de las de antes. Ahora, cada matrimonio abona tres euros al año y cada uno de los solteros y solteras, a partir de los treinta años de edad, tienen que ofrecer otros tres euros al año para seguir como miembros de la Hermandad de las Ánimas.
Las obligaciones inexcusables de la Hermandad de las Ánimas de Cónchar pasan por cuidar del cementerio en todos los sentidos, ofrecer misas por las Ánimas Benditas del Purgatorio, poner luminarias al difunto de cuerpo presente, cuidar en las fiestas de San Roque de la música que acompaña al patrón en la celebración de su misa y durante la procesión, así como del ‘castillo’ de fuegos artificiales que se tira después de la misma y que se tiren cohetes en diversas festividades.